jueves, 27 de octubre de 2011

Rinky. Un pestañazo en la vida de Violeta.

Por Julio Álamo Ojeda.



Aún se le puede ver entre sus dientes una bolsa de yute, desgastada por el uso, con la libreta de racionamiento. Parece no sentir el bochorno que producen en verano, el Sol y la calma del mediodía. Cazañas le espera, mientras machaca en su yunque una herradura vieja y disfruta de la destilación arcaica de la miel de purga. Ese subproducto de caña dulce capaz de fulminar cualquier tejido hepático ajeno a él, a Pompilio, Mongo Pelusa o Croquinol. El frenazo del transporte público resalta, sobre los golpes de Cazañas y del taller vecino, con ese sonido metálico irritante del deterioro. Algunos pasajeros salen y caminan en silencio con el estrés perenne que les lleva por inercia a no saben donde. Quizás a casa.
 
    De camino a la tienda del barrio se ven más huecos y piedrecillas de arena lavada que en cualquier acera normal. Habrá necesitado el cemento alguno de los constructores o voluntarios designados. Quizás también Rinky lo note. Él también ve la mierda, siente los trenes de vapor repletos de caña quemada y oye la sirena del cambio de turno del central. Percibe cada uno de los aromas de mi pueblo. Busca, palmo a palmo, ansioso y con constancia, algo que le alegre el día. Ve, siente, oye, percibe y palpa la agonía. Seguramente no sepa nada de política. De política nuestra. Sabe mucho de la suya. Y de cruzar calles, de batallas, de desprecios, de pedradas y de huidas. Pero es un perro, y con mucha honra. No es capaz de pedir más, que mantener lo cotidiano. Es un encanto de ejemplar sucio, libre y orgulloso.

    Hasta hace algún tiempo solían volver perro, bolsa, pan y libreta. Los de la zona comentaban las hazañas de Rinky con el grado justo de naturalidad que lo hacía más extraordinario. Su itinerario de regreso, siempre el mismo, eran 20 metros de terraplén a cada lado de las líneas del ferrocarril, desde la tienda de Emiliano a la mata del 28; cruzaba la carretera, echaba una meada de marcaje en el poste del bar de la esquina y los restantes 20 metros los hacía más tranquilo sobre la escarpada acera de poco cemento, pasando orondo frente a una vieja y deteriorada casucha de madera convertida en nido de chivatos uniformados de la policía que pasaban la tercera edad. Por la acera de enfrente una bomba de gasolina y un taller de mala vida. Cruzaba la otra calle a la altura de la carnicería de Chacumbele, que estaba justo frente a Cazañas. Era un fuera de serie. Le traía, en algunas ocasiones, el pan a su dueño. También eran otros tiempos menos malos.


   Al volver de la tienda no trae ni bolsa, ni libreta. Tampoco trae el pan. Él también tiene hambre. El agua que bebe no actúa en su cerebro como ese elixir de mieles finales. Es tan solo un perro. Y muy orgulloso de no tener que tambalearse en dos patas. Cazañas sonríe. No le reprende como otras veces. Se ríe y exhibe todas sus caries detrás del cigarro barato que  quedó en el labio inferior como aferrándose a la vida. Así, día a día, conviven una crisis, un personaje y una especie.
_ Oye chico! Te salvaste. Hoy estoy de buenas – Un hilillo ámbar de saliva se escapa por la comisura contraria al cigarrillo y se pierde entre las arrugas del mentón, en el tiempo justo que empleó Rinky para volver a desaparecer por detrás de la majagua y el carretón de Pompilio.
_ La madre que lo parió… – susurró apretando los dientes, y una sonrisa alcohólica arrugó totalmente el rostro achatado, a lo Charles Bronson, de Cazañas.

Las Palmas de Gran Canaria.
España.
2009.

Reducen beneficios a cubanos en misiones medicas en el extranjero.

Claro esta, los dictadores van a recibir esa diferencia, pues el monto que le pagan a Cuba rondan los 8.000 millones anuales de "Dolores Rondon" y estos se mantienen.

http://cafefuerte.com/2011/10/27/reduciran-beneficios-para-cubanos-en-misiones-medicas-en-el-extranjero/

Para conexiones lentas en Cuba:

 Los cubanos que cumplen misiones médicas en el extranjero verán reducidos drásticamente sus beneficios a partir de enero del 2012, según disposiciones gubernamentales.



La Resolución 321/2011 del Ministerio de Salud Pública indica que los beneficios otorgados hasta ahora a los miembros de las misiones de salud pública “ha generado la erogación por parte del Estado cubano de millones de CUC [pesos convertibles] y CUP [pesos cubanos] que no es posible sostener, incluyendo el pago del 20 % acumulado del salario que recibe el colaborador en Cuba”.
El texto, que circula ya extraoficialmente entre los colaboradores internacionales y dentro de Cuba, fue divulgado esta semana por el sitio de internet Martí Noticias.
CaféFuerte confirmó esta semana la existencia del documento y obtuvo una copia enviada desde La Habana.
El documento, suscrito por el ministro de Salud Pública Roberto Morales Ojeda, establece que a partir de enero del 2012 se dejará de depositar el dinero que reciben los colaboradores de forma vitalicia (todos excepto quienes van a Venezuela), y se eliminará la ayuda familiar (50 CUC mensuales).
Además, se pondrá fin a la misión de los médicos que permanezcan más de 30 días en Cuba, a menos que tengan problemas de salud, y en ese caso se extenderá el permiso a 60 días.
Los médicos tendrán derecho a adquirir un auto al regresar a la isla, excepto quienes cumplan misión en Venezuela. Actualmente los médicos cubanos en Venezuela reciben entre 200 y 300 dólares mensuales de pago y 50 dólares como ayuda que son entregados a la familia en Cuba, además de acumular el pago de su salario en pesos cubanos . El depósito en la isla solo puede ser retirado al término de la misión o tiempo de servicios en el exterior.
Cambio de reglas
Con la nueva regulación, los colaboradores recibirán a partir de la fecha de salida de Cuba entre 225 y 100 CUC, “independientemente de que haya cumplido alguna misión con anterioridad”. El colaborador puede designar a un miembro de la familia que puede extraer no más de 50 CUC en un período no especificado en el documento.
“Están sustituyendo a los que teníamos contratos antiguos aquí por los que nos reemplazarán en la misión y que vienen con nuevas reglas de beneficios”, dijo un médico cubano que brinda sus servicios en Venezuela y pidió no ser identificado.
La resolución también informa que se emitirán tarjetas magnéticas RED para esa cuenta especial, y se les otorgará una rebaja del 30 por ciento en los artículos que adquieran en tiendas minoristas.
Unos 37,000 colaboradores cubanos de la salud cumplen misiones actualmente en 77 países, la mayoría de ellos en Venezuela.
Las ganancias del gobierno de  La Habana por estos servicios en el exterior se reportan en los $8,000 millones de dólares anuales.

jueves, 20 de octubre de 2011

La ex-vocacional Iris Cepero, publicó este interesante articulo sobre su visita a Camaguey y encuentro con ex-vocacionales en Cuba Encuentro.

Gracias a Iris por este buen articulo publicado en Cuba Encuentro.

La noticia aca:

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/time-after-time-269545



Es sábado por la noche en mi pueblo, allá en Camagüey. El calor se ha replegado un poco y en la oscuridad de la noche sin estrellas, grupos de amigos y parejas caminan hacia El Ranchón, el clásico salón de fiestas de los 80. Hay cerveza de pipa y música y la entrada cuesta dos pesos en moneda nacional. Desde la calle principal, en la que algunos muchachos esperan frente a la puerta de hierro, se oye la voz de Rudy La Scala…
El cariño es como una flor
 Que no se puede descuidar
 Porque siempre hay alguien que
 Espera poderla llevar.
Ariel, de 37 años, obrero del central, y Didier, de 29, desempleado, salen a la calle exhibiendo sus coloridas camisas, con dragones pintados en la espalda, compradas a los maestros que regresaron de Venezuela hace unos días. Rafael, de 21, estudiante universitario, estrena las zapatillas ADIDAS, 69 CUC, conseguidas en una shopping de la capital provincial con el ahorro de la venta de dos puerquitos. Los pitusas a la cadera, con bordados en las nalgas y alguna que otra lentejuela adornando los bolsillos delanteros, son de Ecuador y llegaron al pueblo a través de la única persona que tiene un contacto en La Habana para esa mercancía.
Es sábado por la noche, y en la oscuridad de un pueblo sin bombillos en los portales, yo, de visita por segunda vez en varios años, voy a reencontrarme con viejos amigos y lugares.
Sex and the City girl, lee en rosado fosforescente y alentelejuado la camiseta de Mirelys, 41, pero ella no conoce a Carrie Bradshaw y sus amigas neoyorquinas, a pesar de que han pasado la serie por la TV. “Todo el mundo me celebra este pulovito y nadie más tiene uno igual en todo el pueblo”. Mirelys no trabaja desde que decidió que el salario de educadora del círculo infantil no le compensaba lidiar con tantos niños y aguantar a su jefa, pero tiene el dinero que su madre de 63 años, contratada como empleada doméstica en Valencia, envía mes tras mes. Además de ropa nueva, tiene un celular —la única manera en que pueden hablar madre e hija, pues nunca han tenido teléfono, ni vecinos con teléfonos. Aunque la madre manda euros suficientes, Mirelys piensa empezar a cuidar niños por cuenta propia, por 100 pesos cubanos al mes. “Aquí nadie puede pagar más que eso, pero con cinco niños que tenga, es una buena entrada que en algo ayudará para la comida de la casa.”
Es sábado por la noche y en la oscuridad de un pueblo sin alumbrado público, caminamos media hora hasta la iluminada calle principal, donde los vecinos sacan sillones a los portales o conversan sentados en los quicios, con la sala abierta de par en par y la voz del televisor de fondo. Grupos de muchachos a pie y en bicicleta se agrupan frente al Dancing, un salón en el segundo piso del edificio que tiene el restaurante en los bajos. Un sábado como este en 1984, aquí mismo yo oí por primera vez a Freddie Mercury cantando “Somebody to love” mientras bailamos con intocada ingenua adolescente estudiantil pueril felicidad en medio del nunca antes visto juego de luces en movimiento. Nunca llegamos a decirle Dancing Light, nombre oficial del lugar, solo cariñosamente El Dancing. Y todavía.
Esta esquina fue siempre la mejor, quizás porque entonces, como ahora, tiene uno de los pocos edificios de dos plantas, está frente a la pizzería, y en diagonal con un pequeño parque y el estanquillo, ya desaparecido, donde yo compraba uno de los cincuenta ejemplares de El Caimán Barbudo los días de pases de la beca. En la cuarta esquina, donde estuvieron unas casas de madera derrumbadas por un ciclón, hay un contenedor-shopping de TRD.
La entrada al Dancing vale 5 pesos cubanos (y solo 3 pesos después de las 11) pero decidimos quedarnos fuera y ahorrarnos el calor y el humo de cigarros. De todas formas desde la esquina se puede oír la voz de Cindy Lauper.
If you're lost you can look —and you will find me
Time after time
If you fall I will catch you —I'll be waiting
Time after time.
Reencuentro a mis ex compañeros de vocacional y de las fiestas de otros tantos sábados hace ya más de dos décadas. Ahora son El ingeniero de ETECSA, la Doctora, el Director de La Clínica Dental, El Que Tiene Una Finca En Las afueras, El Que Cría Puercos Para El Agromercado, La Trabajadora Social. Todos exhiben galas de lentejuelas dominicano-ecuatoriano-venezolanas en la mejor noche de la semana. La Doctora, sorprendentemente delgada y sin hijos, me cuenta que su experiencia venezolana le permitió comprarse un lugar donde vivir, con la ropa vendida al regreso. “Estaba desesperada por regresar porque no me dejaban moverme, pero si me lo vuelven a proponer, voy de nuevo porque no pude traer lavadora”. Antonio, el de la finca, quien ha tratado de irse del país, infructuosamente, por todas las vías legales imaginables, me dice que ahora intenta salir por la ley de nietos de la embajada de España. Sergio, el especialista principal de la Casa de la Cultura, se busca la vida haciendo cintos de cuero, hay muy poco o nada que hacer en su trabajo, pero sigue cobrando religiosamente el salario y se da una vuelta cada día por el destartalado edificio de la Casa de Cultura. Como cada año, cogerá las vacaciones en la primera quincena de diciembre para ir al festival de cine de La Habana, una rutina que empezó cuando estudiaba Historia del Arte, por Orden 18, con la esperanza de escapar a su predeterminada vida en el pueblo como trabajador del central.
Y el tiempo pasa rápido entre risas sobre nuestras aventuras de adolescentes, los hijos de cada cual, los que se fueron para La Habana y para Varadero “aquello es otra cosa”, el que se quedó en el aeropuerto en Toronto cuando lo traían de vuelta de la Unión Soviética y del que nunca han sabido nada más, el más flaco del grupo que ahora vive en Miami y pesa, literalmente, cuatrocientas libras. Nadie pregunta sobre mi vida, ni sobre el mundo. Nadie habla de su trabajo, ni sus miserias, ni sus miedos, ni sus sueños. Nadie menciona al Comandante. Al Hermano tampoco.
En el camino de vuelta, esta noche de sábado en este pueblo sin mar y sin río, paramos en la cafetería que Ismael abre a medianoche cuando los grupos empiezan a regresar del Ranchón y del Dancing. Es el momento de más venta de la semana en su timbiriche y mientras sirve refrescos (un peso) y café (un peso), su novia fríe las croquetas. El pan que compró temprano por la mañana “por suerte ahora venden unos cuantos panes fuera de la cuota al amanecer y yo madrugo y los cojo” está cortado desde antes, el refresco de naranja bien frío y hoy tiene arroz con leche (2 pesos), además. Durante media hora el negocio resplandece. Los hombres se comen el pan con croquetas (cinco pesos), la mayoría de las mujeres se conforman con un Chupa Chups, a cinco pesos.
Ismael tiene 30 años y fue uno de los miles que quedó desempleado en 2003, cuando el central República Dominicana, que daba trabajo a todos los hombres y una buena parte de las mujeres de ese batey y los alrededores, fue desmantelado. Estuvo unos meses recibiendo clases en aulas improvisadas, pero para un recién graduado técnico en electricidad como él, aquellos cursos básicos no servían de nada. Tuvo suerte de conseguir un trabajo gracias a los contactos de su padre, también desempleado del central y quien luego terminó jubilándose a los 60. El otro central del municipio, que ha molido intermitentemente durante los últimos años (la zafra pasada no tuvo caña), se prepara para arrancar en enero. Es uno de los cuatro centrales camagüeyanos que hará zafra este año y en este pueblo sin más fabrica ni más tradición que cien años produciendo azúcar, es la esperanza de cientos de hombres desempleados que ahora trabajan en las reparaciones y cortan el marabú para generar energía en el central. Tienen garantizado varios meses de salario, el almuerzo del comedor y viandas y hortalizas de la granja.
Hasta hace un año, Ismael trabajó haciendo papeles en una empresa de transporte, ahora desaparecida. Él es uno del medio millón de trabajadores estatales que debía perder el empleo a partir del año pasado como parte de la actualización del modelo económico. Cuando Raúl hizo el anuncio, ya Ismael llevaba excedente dos meses, por eso no está claro de si cuenta en esa estadística. Tampoco le importa demasiado porque cobró dos meses extra de salario y desde entonces hasta hace poco se la pasó inventando aquí o allá: criando puercos para vender en el agro o cuando alguien recibe familia del extranjero, revendiendo unas croquetas para ganar veinte centavos con cada una. Desde hace cinco meses montó este timbiriche. “Saco los gastos diarios de la casa, pero uno no sabe cuánto va a durar, la gente no tiene dinero para comprar nada”. Nunca había pensado irse del país, pero ya solicitó la nacionalidad española por la ley de nietos.
Esta noche de sábado en un pueblo sin terminal de ómnibus, hay que estar atentos a los coches, el único medio de transporte nocturno del municipio. Se ven cuando están encima de uno, pues no tienen luces sino solo una linterna para orientarse. Algunos tienen techos (de día el sol raja las piedras) y los asientos tapizados con nylon negro, como el de Eugenio, un jubilado, antiguo dirigente sindical, reconocible por la música. Hacemos el trayecto de vuelta oyendo un clásico de Ricardo Arjona.
Señora, no le quite años a su vida
 Póngale vida a los años que es mejor.
La esquina del timbiriche de Ismael a media noche es bien distinta al panorama diurno. Está junto a la piquera de los coches y frente a la shopping de CUBALSE. Normalmente los cocheros trabajan hasta el mediodía, solo los que tienen al menos tres caballos para alternarlos, hacen el día entero. Los viajes cuestan dos pesos todos los tramos, a no ser que vayan a un destino alejado. Si hay que ir a Florida, el municipio vecino más próspero, una maquina particular hace viajes por diez pesos cubanos, normalmente de ocho de la mañana y hasta las tres de la tarde. Si hay que ir más allá, otra máquina de alquiler lleva a la gente de Florida a Camagüey por otros 30 pesos. Conectados con los horarios de los hospitales, un viaje matinal a Camagüey es fácil, pero hay que regresar antes de la una de la tarde, a partir de esa hora es difícil completar una máquina y quedan apenas los amarillos en la circunvalación, donde a veces hay que esperar tres o cuatro horas bajo un sol que raja las piedras, para montarse en la cama de un camión, bajo un sol que raja las piedras.
Durante el día la esquina de la shopping de este pueblo sin hospital y sin sala de cine está bastante animada. La gente viene hasta aquí a pagar la electricidad o el teléfono, cortarse el pelo, ir al policlínico o la farmacia, comprar alguna cosita en la shopping. En la calle principal están todas las oficinas de siempre: el Poder Popular, la empresa de comercio, el registro civil, la biblioteca, la peluquería, la oficina municipal de educación; y ahora también los nuevos negocios: el vendedor de sombreros (el sol raja las piedras), el reparador de sombrillas (el sol raja las piedras), el barbero, el hombre del catre, (con juntas para olla de presión, coladorcitos de cafetera italiana, coladores de tela para los que tienen coladeras viejas, jabas de guano, jabas de nylon y jabas de tela, palitos de tender y pellizcos para el pelo), el reparador de ventiladores.
Media cuadra más alante, junto al policlínico, hay un hombre que vende refresco y pizza, y un poco más allá, hay un portal con pizza, refresco y café.
En uno de los portales se anuncia “Se reparan celulares”.
En este pueblo llamado Céspedes, como El Padre de La Patria, la shopping tiene unas pocas ropas colgando en las perchas; jabones, perfumes, chancletas y cortinas de baño se exhiben en el mostrador; detergente, ventiladores y ollas de presión en el estante de la izquierda y en el fondo, un estante con comida (aceite, refrescos, garbanzo, salsa Vita Nuova, puré de tomate, mayonesa Doña Delicias, NESCAFE, comino, espaguetis, ron y vinos nacionales). Hay un calor insoportable en la pequeña tienda, porque no están autorizados a poner el aire acondicionado a partir de septiembre, (no sé si es la misma explicación para el aeropuerto de La Habana). Hago una seña, el empleado abre el refrigerador de las carnes y puedo escoger entre pollo, picadillo de pavo, y hamburguesas. En el refrigerador de al lado, también a prueba de bala contra “gente que viene, manosea y no compra”, hay helado nacional de tres sabores. Pago la cuenta, pero en el último momento me entero de que no hay jabitas plásticas. Mi reducida compra ocupa el medio metro del mostrador, no tengo cómo moverme ni dónde poner las cosas y la cajera no puede seguir cobrando a la otra persona que hay en la tienda. En el catre de la esquina venden jabas, pero no hace falta que salga a comprarla porque justo en la puerta de la shopping está Osmel, un amigo de la secundaria, vendedor/ comprador de CUC. “Regalo del pueblo”, me dice mientras me da una jaba de guano y sonríe con su dentadura amarilla pero sorprendentemente completa. Todavía se ve bien, a pesar de las canas, la barriga y la piel achicharrada por ese sol que raja las piedras. Me acompaña hasta la piquera de los coches y quedamos en que pasará por casa de mi madre para conversar un rato, como en los buenos tiempos. Pero de pronto se adelanta, me mira con cara de trascendencia, como temeroso de quedarse para siempre con una duda existencial, como si en ello le fuera la vida, y pregunta: “Oye, no te rías de la guajirancia, pero allá donde tú vives se oye mucho una artista que se llama Lady Gaga?”.

lunes, 17 de octubre de 2011

Hallado un tiburon ciclope.



Los tiburones cíclopes habían sido documentados con anterioridad, pero ninguno había sido capturado. Los investigadores creen que no son capaces de sobrevivir mucho tiempo en la naturaleza. Suponen, sin lugar a dudas, toda una rareza.





domingo, 16 de octubre de 2011

¿Es realmente gratuita la educacion en Cuba?.

Leyendo en la Web sobre este tema, encontre esta entrada de un blog que me parecio muy sincero y real:

La entrada aca :

http://asedio-al-cubano.blogspot.com/2011/09/explotacion-infantil-un-flagelo.html

Para "Conexiones Lentas ":



Explotación infantil, un flagelo legalizado en Cuba


Para nadie es un secreto la explotación infantil que lleva a cabo el régimen castrista con niños desde 12 a 14 años, los cuales son obligados al comienzo del nuevo curso escolar, a trabajar jornadas de cuatro y ocho horas en labores agrícolas; unos son llevados a las, (ESBEC)Escuelas Secundarias Básicas en el Campo, con régimen de vida interno, aquí pasan toda una semana para que luego el fin de semana, según su comportamiento regresan a sus hogares para que, al comienzo de la semana y en ocasiones alternas regresan los Domingo o los Lunes, en todo un curso escolar donde trabajan en la mañana y estudian en la tarde o viceversa, y otros que pertenecen a las, (ESBU) Escuelas Secundarias Básicas Urbanas, que generalmente cumplen su labor como obreros agrícolas sin salario en los meses de Septiembre hasta Noviembre; anteriormente esa labor se extendía por cuarenta y cinco días, ahora es por un mes; estos niños deben de abandonar sus hogares para ser llevados a barracones donde la higiene es sumamente deficiente, la alimentación si es que se le puede llamar alimentación carece de proteínas, y en la mayoría de los casos es la misma durante ese interminable mes. Los padres de estos niños se ven obligados por la misma carencia de alimentos, a visitarlos entre semanas, generalmente los Miércoles, y el fin de semana que siempre es el Domingo para abastecer a sus vástagos de todo lo necesario para toda una semana, también les llevan ropa de cama y aseo personal, ya que la gloriosa revolución solo se ocupa de facilitarles el trabajo sin ningún tipo de remuneración.

Los que tengan pleno conocimiento sobre la vida que llevan los cubanos de a pie dentro de la isla, podrán observar que esto a pesar de ser una violación de los derechos del niño, es una tragedia para los mismos padres, ya que sus economías no sufragan los costes de estas absurdas “Escuelas al Campo”, muchos padres se ven obligados a cometer actos delictivos, otros venden lo poco que tienen, y hay madres que llegan a prostituirse, porque el niño que no asista a este compromiso con la revolución, sus padres son tomados como contra-revolucionarios , y llevar ese estigma dentro de un régimen totalitario y absolutista como el de Fidel Castro, es lo mismo que haber nacido Judío en la era Hitleriana.

Es beligerante ver cómo un régimen político, una dinastía dominante, se ha enseñoreado contra todo un pueblo sin el más mínimo pudor, obligandolo a padecer las más tristes calamidades, doblegandolo hasta el punto de consentir que los niños sean convertidos en mano de obra esclava; esto sucede en pleno siglo XXI, en la Cuba de Fidel, la “revolucionaria y socialista”.

domingo, 9 de octubre de 2011

Algunos casos de sobrevivencia humana....

Entre ellos se encuentra el caso dado en Chile,donde se llego a comer restos humanos para sobrevivir.

El equipo amateur de rugby Old Christians, de Uruguay, 1972: Un avión fletado de la Fuerza Aérea uruguaya se dirigía a Chile cuando se estrelló en la cordillera de los Andes, causando la muerte de 12 de las 45 personas a bordo. Atrapados en una montaña nevada y aislada, otros sucumbieron al poco tiempo debido a sus heridas, al frío o por inanición, incluídos ocho que perecieron en una avalancha.


La noticia completa aca:


http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/10/111004_supervivencia_momentos.shtml


martes, 4 de octubre de 2011

¿Tienes WIFI en tu casa?....Pudieras ser demandado por su uso.

La cosa esta mala, están demandando a medio mundo de las empresas,hoteles,etc...Aunque para nuestra tranquilidad no se piensan meter con los hogares.


La noticia aca:

http://www.fayerwayer.com/2011/10/empresa-que-dice-ser-duena-del-wi-fi-podria-demandar-a-todo-el-mundo-y-lo-estan-haciendo/


Pablo Milanes rechaza la suite mas grande de uno de los mejores hoteles en Santo Domingo por "Chiquita".

A este hombre el "Socialismo" que tanto defiende se le fue para los pies.

La noticia aca :
http://merengala.blogspot.com/

Para que lo puedan leer en Cuba:


"Cuando Pablo Milanés llegó el viernes al hotel Hilton, donde tenía reservación para su alojamiento en la víspera de su presentación en el Teatro Nacional el sábado, protestó porque no deseaba la suite que le habían reservado, dizque por "chiquita".
Imaginense, un hotel de lujo, cinco estrellas, como el Hilton, y el cantante estandarte de Cuba, una nación socialista, rechazando un alojamiento "premiun".
Y la manager fastidiosa haciéndole "el coro", como empleada, al fin. Por suerte se logró convencerlo para que aceptara la "suite" de lujo, que cualquiera desearía aún sea por una noche para disfrutarla aunque sea un rato.
El caso es que Pablito se alojó en su "suite" y después que estuvo dentro se dio cuenta de que estaba equivocado, porque la misma es una maravilla con vista al mar.
Se "encariñó" tanto con ella, que después de su actuación  en el Teatro Nacional, debía trasladarse al día siguiente a la ciudad de Santiago, al hotel El Gran Almirante, para su actuación de este sábado ocho en el Gran Teatro del Cibao.
Oh!, y le juro a Dios que Milanés no se quería ir del hotel. Pidió que lo dejaran hasta el viernes,  en la "suite" que había despreciado.
Le explicaron que ese alojamiento era muy caro, y que ya había acuerdos de intercambio con El Gran Almirante en Santiago, donde también tendría una "suite." (El anuncio se puede ver en el afiche).
Pero Pablito nada de ceder...Se quería quedar, y hubo que decirle que podía hacerlo, pero pagando él la estadía.
A mucha lucha se accedió a dejarlo hasta este martes, cubriendo el empresario el costo del capricho del artista.
Que vivan los camaradas que cantan y encantan....!"