viernes, 19 de agosto de 2011

Esbirro del régimen castrista acusado de violar a dos menores de edad.



Para "conexiones lentas"

Un cazador cazado

El 24 de marzo de 2010 cuando la policía política en Bayamo, Granma, me deportó a Holguín, me trasladaron directo al cuartel de Operaciones del G2, ubicado en el barrio de Pedernales. Allí me esperaba el Tte Coronel Sabuco, un represor connotado, conocido por sus abusos y por la mala leche con que trata a los disidentes.
El instructor que me asignaron fue el Tte Luis Quesada, quien a todas parecía un tipo jovial, y entró con la técnica de congraciarse, de mencionarme dos o tres lugares de Santiago de Cuba, donde decía haber estudiado, me habló de deportes y varias cosas más hasta que me preguntó qué hacía yo en Bayamo. Le contesté que eso tenía un precio y debía extraerme esa confesión bajo tortura, pero claro, enseguida arguyó que la revolución no tortura a nadie. Cuando hablamos un rato más e intercambiamos algunos criterios me dijo que en diciembre de 2009 había estado en casa de Cary Caballero y le respondí que todo el mundo lo sabía, que él había sido denunciado por patear la puerta de esa casa, por ayudar a que arrastraran a los activistas que protestaban cuando Zapata estaba en Huelga ¿Recuerdan?
Luis Quesada se jactó en mi cara de haber pateado aquella puerta y quizás algunas costillas.
Hoy el Tte Luis Quesada está detenido en aquel mismo cuartel en que intentó reclutarme, donde me pidió que le reportara quiénes y a qué venían a mi casa. En ese cuartel de Pedernales, en Holguín, donde tantos activistas pacíficos han dormido en el piso y soportado el rigor del frío, el calor y los insectos, espera sanción Luis Quesada por el supuesto delito de violación a dos menores de edad, una niña de trece años y otra de quince, hecho que se encuentra bajo investigación y aún no han concluido… y quizás no lo hagan nunca.
En la foto que hoy pongo ante ustedes el Tte. Luis Quesada aparece al lado del ahora Tte. Coronel Roilán Cruz Oliva, quien era Mayor en el momento de la muerte de Zapata Tamayo y fungía como segundo al mando en el llamado Departamento 21 de Enfrentamiento al enemigo. Directamente se encargaba de Zapata. Cuando ocurrió la muerte, en una ocasión reconoció ante Reina Tamayo Danger que el mártir nunca debió ser trasladado a Camagüey, lo que desmoronó todas las acusaciones del régimen de La Habana. Reina lo puede atestiguar. En la foto aparecen los dos al frente de la turba que hasta hace poco impedía las salidas al cementerio La Güira, en Banes. Seguramente esa mañana vieron como los paramilitares repartían algunas patadas y decían los improperios de costumbre contra hombres y mujeres ansiosos de libertad."